Llamada a la solidaridad pueblo a pueblo ante la catástrofe climática en Centroamérica
Llamada a la solidaridad pueblo a pueblo ante la catástrofe climática en Centroamérica
¡Justicia climática!
Este año 2020 no solamente pasará a la historia por la pandemia del COVID-19. Además, a estas horas ya ha batido el récord de huracanes en el Océano Atlántico y Caribe. Una vez agotado el alfabeto latino seguimos avanzando en la octava letra del alfabeto griego, sumando un total de 29, y todavía no hemos terminado.
No nos cansaremos de repetir que la emergencia climática no es un fenómeno del futuro, sino que millones de personas sufren ya sus consecuencias de forma dramática, como está sucediendo ahora en Centroamérica con la devastación del huracán número 28: el Eta.
Será porque la opinión publicada quedó absorta con las elecciones en los EE.UU., será porque hay regiones del globo mediáticamente desechables y una de ellas es Centroamérica, nos da la impresión de que el mundo no se ha enterado de la enorme magnitud de la catástrofe humanitaria que ha supuesto en estos días el paso de este huracán por la región, solamente comparable al impacto del Mitch, que la asoló en 1998.
La emergencia climática acentúa la frecuencia y la violencia de los fenómenos como las largas épocas de sequía, que sufría hasta hace poco Centroamérica, a la que siguen huracanes como el Eta. Los huracanes, a su vez encuentran territorios y poblaciones extremadamente vulnerables, debido a la gran deforestación por la tala de áreas boscosas y selváticas, el avance de los monocultivos, la erosión de los suelos y el acaparamiento de ríos por parte de las grandes empresas, que provocan la erosión y saturación de los suelos y en consecuencia derrumbes como los que en estos días se producen en diferentes puntos, enterrando gran cantidad de viviendas, comunidades, infraestructuras y cultivos.
Pero aún hay otro factor grave de vulnerabilidad: los estados fallidos, cooptados por la corrupción institucionalizada, la ausencia de políticas y servicios públicos.
Según análisis muy preliminares se habla de más de 3.000.000 de personas afectadas en sus viviendas y formas de vida. En cuanto al número de personas fallecidas, nadie se atreve a aventurar aún una aproximación, dado que las fuentes gubernamentales siguen sumidas en el silencio al respecto. Hay centenares de comunidades a las que aún no se ha podido llegar.
Entrepueblos no es una organización especializada en ayuda de emergencia y no acostumbramos a hacer este tipo de convocatorias, pero, ante los llamados que nos llegan de organizaciones sociales y populares aliadas, y ante la plena confianza de que nuestro apoyo llegará directamente para los objetivos y para las comunidades que lo requieren, os convocamos a un gesto solidario en un doble sentido:
– A difundir la gravedad de la situación climática, causada por la suma de vulnerabilidades en Centroamérica, para lograr que los medios de comunicación y las instituciones se hagan cargo de la misma y respondan con la agilidad y los medios que se requieren. El bajo tono de la información mediática es un factor más que desincentiva esta necesaria reacción. Especialmente, nos dirigimos a sumar fuerzas en este sentido a las organizaciones de cooperación y a las coordinadoras, a concertar acciones y hacer la urgente incidencia hacia las instituciones públicas para una ayuda humanitaria de calidad, que no alimente los circuitos de la corrupción política y económica.
– A que las personas y entidades que tengan capacidad de hacerlo, contribuyan con donaciones a alimentar la cadena de solidaridad “pueblo a pueblo”, con las comunidades campesinas, indígenas, urbanas, grupos de mujeres, etc., a través de las organizaciones populares y los movimientos sociales de Guatemala y Honduras. Porque en este contexto es más cierta que nunca la afirmación de que “solo el pueblo salva al pueblo”. Para ello ponemos a vuestra disposición la cuenta:
Triodos Bank ES05 1491 0001 21 3000079938
Guatemala es un país con 17 millones de habitantes, de los cuales más del 50% viven en situación de pobreza, porcentaje que supera el 80% en el caso de la población indígena. A una situación de extrema exclusión y violencia estructural contra las comunidades campesinas indígenas, sumidas en una situación sin precedentes debido a los efectos de la pandemia, se suman ahora los efectos del Huracán Eta, que ha dejado incuantificables daños y pérdidas (humanas y materiales) en toda la región norte del país.
Las comunidades reportan que las pérdidas son totales (viviendas, ropa, utensilios de primera necesidad, ganado, la producción tanto almacenada como recién sembrada, etc.), lo que deja a la población en una situación de extrema vulnerabilidad. Grandes áreas se encuentran sin suministro de agua potable y electricidad. Un gran número de familias y comunidades han tenido que abandonar sus hogares y están temporalmente reubicadas en albergues provisionales totalmente precarios y en otros casos sin posibilidad de refugio. Otras comunidades siguen aisladas, sin posibilidad de acceso terrestre y sin suministro de servicios básicos, situación que nos preocupa gravemente.
Ante un estado totalmente ausente y un sistema de salud precario y desabastecido incapaz de atender a la población, la solidaridad de los pueblos y la organización comunitaria es fundamental. Desde Entrepueblos hace años que venimos acompañando el trabajo de las organizaciones amigas, como el Colectivo MadreSelva o el Comité de Unidad Campesina. Ambas tienen una amplia trayectoria de trabajo comunitario apoyando a las comunidades indígenas y campesinas en la defensa de sus derechos, del territorio y el cuidado de los bienes naturales. En conjunto, hace años trabajamos con las comunidades de Alta Verapaz, hoy las principales afectadas por los efectos del huracán. Desde ambas organizaciones hacen un llamado a la solidaridad para poder acompañar a las comunidades y contribuir para dotar a las familias de atención de emergencia de primera necesidad priorizando el apoyo para reubicar a las familias en albergues y/o espacios seguros, adquisición de alimentos, medicinas, kits de higiene, alimentación y ropa. Se solicita apoyo para atender concretamente a las comunidades del Valle del Polochic y de Cahabón en el departamento de Alta Verapaz, en las que cientos de compañeros, compañeras, ya gravemente afectadas por los desalojos ilegales, la criminalización y las agresiones por parte de las grandes empresas, el estado y los sectores militares, han perdido no solo sus hogares sino también sus medios de vida.
Honduras un país con aproximadamente 11 millones de habitantes, donde más del 60% de su población está bajo la línea de pobreza. Durante el año 1998 se calcula que hubieron cerca de 9 mil muertes a causa del huracán Mitch, dejando al país en extrema vulnerabilidad. 22 años después y con consecuencias visibles por los efectos del cambio climático en Honduras, la llegada del huracán Eta, posteriormente convertido en tormenta tropical está provocando daños incuantificables, siendo la zona norte del país la más afectada por ese fenómeno natural que ya reporta cientos de personas desaparecidas, pérdida de vidas humanas y miles de familias que han perdido sus casas y bienes personales y muchas comunidades y ciudades enteras están incomunicadas por la destrucción de puentes y carreteras. Sumado a todo ese panorama desolador, está la situación de emergencia por la COVID-19, lo que agrava aún más la situación del país, debido a los múltiples contactos entre personas, las dificultades logísticas en los centros de acopio y refugios para las víctimas, así como el colapso de los hospitales y centros de salud, la falta de insumos y bienes de primera necesidad, así como insumos de bioseguridad. Además, los efectos posteriores aún son incuantificables: pérdida de siembras, negocios y medios de subsistencia de comunidades enteras.
Ante todo este panorama, el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH) y el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia (MADJ) nos urgen a convocar la solidaridad y la asistencia internacional para el pueblo hondureño, para aportar recursos y que estos lleguen directamente a las personas afectadas por la tormenta.
El COPINH es una organización social y política, de carácter indígena, sin fines de lucro, pluralista, amplia, solidaria y unitaria de la zona sur-occidental de Honduras con incidencia nacional. Es una instancia que facilita la reivindicación y reconocimiento de los derechos políticos, sociales, culturales y económicos, impulsando el mejoramiento de las condiciones de vida de los pueblos y comunidades indígenas lencas y de Honduras.
OFRANEH es una organización garífuna (población afrodescendiente) de base comunitaria con más de 40 años de trabajo y con reconocido prestigio nacional e internacional y altos niveles de transparencia en el manejo de fondos.
El MADJ es un movimiento social y político comprometido en la lucha por construir y desarrollar, en Honduras, una propuesta popular en contra de la corrupción y el mal manejo de los bienes públicos y a favor de una sociedad que crezca desde la transparencia, la dignidad y el respeto a los derechos humanos y al ambiente
Los fondos serán utilizados para labores de rescate, compra y donación de alimentos, ropa y productos de primera necesidad, así como medicamentos e insumos de bioseguridad.