¡Colabora con CIDECI para la formación y apoyo a jóvenes de las comunidades indígenas de Chiapas!

Entrepueblos acompaña desde hace más de 20 años  al Centro Indígena de Capacitación Integral ‘Fray Bartolomé de las Casas’ -CIDECI- en Chiapas, México. La situación de Chiapas es actualmente muy compleja y desde CIDECI nos solicitan una ayuda económica  puntual para poder hacer frente a unos meses que han sido especialmente duros y violentos en la zona. Estos fondos serán empleados al cien por cien para poder continuar con las labores formativas del centro con jóvenes indígenas de las áreas rurales y dar apoyo a las comunidades indígenas que están sufriendo una situación de violencia y discriminación.

El CIDECI es un espacio abierto de aprendizaje, vivencial, de acogida para multitud de pueblos y comunidades indígenas y organizaciones. Su papel ha sido y es determinante en la formación y capacitación, totalmente gratuita, de miles de jóvenes mujeres y hombres indígenas chiapanecas/os. Con su labor, ha dotado a los y las jóvenes de herramientas y habilidades para enfrentar un contexto económico, social, político y cultural profundamente hostil y discriminatorio.

A lo largo de sus 34 años de vida, en el centro se han capacitado más de 30.000 jóvenes (40% mujeres) indígenas. Además, muchos/as de esas/os jóvenes han puesto en marcha, con apoyo del CIDECI, pequeños proyectos comunitarios que han venido contribuyendo a la construcción de tejido social, económico y productivo en las comunidades.

El CIDECI también ofrece asesorías a todo tipo a comunidades y organizaciones de la sociedad civil en su búsqueda de alternativas de desarrollo autónomas y emancipadoras y brinda apoyo a organizaciones y comunidades que necesiten un espacio seguro y de confianza para realizar sus actividades.

Además, en los últimos años, en el CIDECI se han llevado a cabo importantes eventos internacionales. Destacamos algunos de ellos:

  • Escuelita “La libertad según los/as Zapatistas” con el objetivo de compartir con la sociedad civil nacional e internacional la experiencia zapatista.
  • Festival mundial de las resistencias y las rebeldías.
  • Seminario “El Pensamiento Crítico frente a la Hidra Capitalista”.
  • Encuentro “Los/as zapatistas y las ConCiencias por la Humanidad”.
  • Asamblea constitutiva del Concejo Indígena de Gobierno con la participación de lideresas y líderes, y delegadas/os de todos los estados de México.
  • Festival “ComParte por la Humanidad”.
  • Conversatorio “Miradas, Escuchas y Palabras: ¿Prohibido Pensar?”, con una serie de 12 sesiones.
  • CompArte de Danza “Báilate Otro Mundo”.
  • Foro en defensa del Territorio y la Madre Tierra.
  • Encuentro de la “Caravana el Sur Resiste”.

Desde Entrepueblos consideramos que el caminar del CIDECI es muy valioso y por eso llevamos más de 20 años acompañando sus procesos en el marco de proyectos de cooperación y lo seguiremos haciendo.

Por ello, en nuestro compromiso y profunda confianza hacia el trabajo del CIDECI, abriremos una cuenta bancaria del 17 al 30 de septiembre para recibir apoyo económico de nuestras gentes amigas para poder apoyar al CIDECI en este momento puntual.

Podéis hacer vuestras aportaciones a la cuenta de Entrepueblos en Triodos ES05 1491 0001 21 3000079938 indicando en el concepto “Campaña apoyo al CIDECI”

1 año del #SíalYasuní: la Nacionalidad Waorani reclama formar parte de la recuperación social y ambiental del territorio

El primer aniversario de la Consulta del Yasuní , el 20 de agosto, fue la constatación de que la sociedad civil y, especialmente, las poblaciones indígenas locales trabajan ya en un nuevo escenario social y económico post extractivista, dejando atrás décadas de explotación petrolera en la Amazonía ecuatoriana.

A lo largo de la jornada, se conmemoró el resultado de la Consulta de 2023, que tuvo un apoyo de casi 60% de la ciudadanía a favor de dejar bajo tierra parte del petróleo sin explotar, un hito en la justicia climática y de la democracia participativa en Ecuador y en todo el Planeta. Pero, sobre todo, se reivindicó que sean las comunidades locales pobladoras las que decidan sobre la transición en el Yasuní.

“El gobierno no ha cumplido con el compromiso que hizo con la Amazonía. Venimos de tan lejos y estamos aquí para pedir que se respeten los derechos de los Waorani y de los pueblos en aislamiento voluntario, Tagaeri y Taromenane”, dijo Alicia Cahuiya, lideresa Waorani.

Junto a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) y otras organizaciones sociales y ambientales, la Nacionalidad Waorani del Ecuador (NAWE) se movilizó en Quito frente al Ministerio de Energía y Minas para exigir, en palabras de su presidente Juan Bay, que el pueblo al que representan (el grupo humano más numeroso que habita este Parque Nacional) “sea considerado parte del Comité de Ejecución de la Voluntad Popular Yasuní“, creado en el mes de mayo por el presidente Daniel Noboa.

En este sentido, la NAWE organizo una cumbre internacional por el Yasuní este 28, 29 y 30 de agosto en Puyo, Pastaza, para comenzar a desarrollar un Plan de Acción Post Consulta Popular, promoviendo alternativas al extractivismo.

Desde Acción Ecológica, una de nuestras organizaciones aliadas en Ecuador y referente en la defensa ambiental, señalan que el gran reto para llevar a cabo una transición justa es saber “qué vamos hacer con las zonas que ya fueron sacrificadas y con la infraestructura que ya está poniendo en condiciones de vida “no digna” a las poblaciones que habitan estos lugares“.

“Si echamos una mirada a lo que ha pasado con los grandes desastres como Brumadinho (rotura de una presa en 2019 en  Brasil), el caso Chevron-Texaco en Ecuador, o ahora, con el cambio climático (…) nos damos cuenta de lo importante que es hablar del desmantelamiento y reparación de las zonas ya afectadas, y creo que ésta es la gran oportunidad. Ecuador puede ser el líder no solo por lograr con el voto de 5 millones de ecuatorianos parar una operación y salvar un área protegida sino porque vamos a aprender que una vez las zonas son sacrificadas, la decisión no puede ser el abandono”, explica Esperanza Martínez.

Auditoría transparente de las concesiones mineras

Con motivo del 20 de agosto, Acción Ecológica destaca también el éxito de la otra Consulta Ambiental que tuvo lugar hace 12 meses, coincidiendo con las elecciones presidenciales en Ecuador: la decisión ciudadana de preservar el Chocó Andino y eliminar las concesiones de minería metálica.

“Es crucial que las instituciones del Estado realicen una auditoría transparente de las concesiones mineras, y, que se proteja el Chocó Andino, un territorio que sus habitantes defienden con prácticas sostenibles y culturalmente adecuadas”, explicó la organización en la rueda de prensa del colectivo Quito sin Minería.

Acción Ecológica dedica un boletín especial (que os recomendamos leer) a ambas luchas y al futuro inminente de cada una de ellas.

Desde Entrepueblos, como parte de nuestro apoyo y acompañamiento a la defensa del Yasuní, apoyamos la reivindicación de la nacionalidad waorani y trabajamos ya en nuevas acciones de nuestra campaña Yasunicemos el Mundo para apoyar una transición ecosocial justa en la Amazonía ecuatoriana desde la corresponsabilidad que nuestras instituciones y empresas tienen en este territorio.

Lee la entrevista de Climática a tres de los impulsores de la Consulta del Sí al Yasuní (publicada en junio de 2024).

Siete jóvenes de la Amazonía peruana filman su visión sobre la vida en la selva y sus comunidades en ‘Háblame como el Río’

10 cortos de 14 jóvenes de diferentes comunidades de la Amazonía peruana forman parte de la iniciativa ‘Háblame como el Río’, impulsada por un grupo de realizadores y activistas, en el marco del proyecto ‘Mujeres y hombres Awajún de Amazonas: por una gestión indígena del bosque amazónico’, financiado por la Generalitat Valenciana.

Del 22 al 30 de julio de 2023, los y las jóvenes autores, de siete naciones indígenas (Awajun, Wampis, Achuar, Kukukama, Kichwa, Arazaire y Shipibo,) y de las regiones de Loreto, Ucajali, Madre de Dios, Amazonas, San Martín, Huánuco y Lima,  se reunieron en la ciudad de Lamas San Martín para realizar un taller de cine. Se formaron en técnicas de entrevista, ‘storyboard’, escritura de guiones, rodaje y edición. En sus vídeos,  exploraron lo que significa ser joven e indígena en una época en la que su hogar común, la selva amazónica, se enfrenta a una crisis de vida o muerte.

Háblame como el Río – introducción from Halal Scripted on Vimeo.

Los temas de sus historias incluyen, entre otros, la preservación de las tradiciones culturales indígenas, el impacto de ser un defensor del territorio en la vida individual, y los riesgos para la seguridad alimentaria en una comunidad con la integración en una economía monetizada. Todas las películas fueron escritas y conceptualizadas por los propios participantes, y para la mayoría era la primera historia audiovisual que creaban.

Fuego from Halal Scripted on Vimeo.

La formación fue realizada por los cineastas Sjoerd Oostrik, Gabriela Urco y Guusje van Deuren, y en el proyecto, además de Entrepueblos, han participado Amazon Watch y Welthungerhilfe.

Puedes acceder a todos los cortos en este enlace

Guatemala, normalizar la esperanza

El Estado guatemalteco ejerce la autoridad con violencia, para la exclusión de las mayorías. Desde la aprobación de la Constitución vigente, en 1985, once gobiernos (incluyendo los transitorios de Ramiro de León Carpio y Alejandro Maldonado Aguirre), optaron por el desprecio de lo público y lo colectivo. Presidentes histriónicos, hepáticos, mentirosos, corruptos, bravucones y muy violentos cuando fue necesario (Álvaro Colom u Otto Pérez Molina como ejemplos, con estados de excepción y encarcelamiento de centenares de defensoras y defensores del territorio) apuntalaron sus negocios y los de élites empresariales nacionales y transnacionales, sin miedo al despojo y robo de los bienes del pueblo.

A pesar de ello, estos gobiernos peleados con el bien común y la misma Constitución que juraron defender, generaban más frustración y pasividad que resistencia y organización activa, concretamente en la decisiva (en términos de opinión y decisión política) ciudad capital. Las comunidades indígenas y campesinas, y los movimientos sociales populares, pese a resistencias cotidianas y épicas confrontaciones de poder (listo abajo algunas, 2) no lograban revertir este ejercicio impune de poder, entre otras razones por:

  • aislamiento (falta de apoyo en centros urbanos, cuando no racismo y desprecio),
  • desarticulación entre diferentes luchas, y
  • estancamiento de las resistencias, con desarticulación creciente, divisiones y capacidad de convocatoria reducida, a partir de la derrota táctica de las movilizaciones de 2015 (salida de la CICIG y bloqueo de reformas para el reconocimiento del sistema jurídico mayab’).

Esta realidad comenzó a interrumpirse, y ojalá revertirse, en cuatro momentos (se listan cronológicamente, no en orden de importancia, y se hace referencia a momentos inmediatos, en el entendido de que estos procesos en el caso de los pueblos indígenas se alimentan de luchas históricas de los pueblos y de grandes experiencias organizativas).

En primer lugar, las movilizaciones de mujeres jóvenes, urbanas e indígenas, feministas o no, en 2019 y las jornadas de noviembre de 2020 y 2021, como inicio de un nuevo ciclo de luchas: nuevas propuestas, formas de organización de organización y acción, embrión de liderazgos nuevos.

En segundo lugar, el reforzamiento del autogobierno comunitario durante la pandemia COVID-19: las comunidades fortalecieron y ampliaron redes de control y cuidado, en ausencia absoluta del Estado.

El tercer momento, el proceso electoral (primera y segunda vueltas) en el que la ciudadanía harta de la política de excesos buena para unos pocos, optó por un candidato y un partido de la corrección y la contención, que no prometen ni van a hacer las grandes transformaciones estructurales necesarias, pero se alejan de las bravuconadas y la arrogancia desbordadas de las elites gobernantes, sin excepción. En mi opinión, esta es una de las razones del insólito crecimiento de simpatías experimentado por el partido Movimiento Semilla y por el Presidente y la Vicepresidenta electas.

Autoridad compartida versus uso y abuso de la fuerza

Xa jun qab’anom

Xa jun qatzij

Mani jachoj

Xa jun quchuq’a’ öj Kaji’ Amaq’ wave’ Chi Iximulew

Pakal B’alam Rodríguez Guaján (1)

El cuarto momento, a partir del 2 de octubre, cuando inicia el Paro Nacional Indefinido. Más allá de demandas específicas necesarias, el impacto del paro reside en que el actuar de dirigentes y comunidades indígenas convocantes (dialogante, incluyente, “limitado” por el mandato de asambleas comunitarias y el consenso necesario con otros pueblos) remarca las diferencias con el Estado violento y alejado de las demandas de la población.

Si bien la convocatoria de este ciclo de protestas y construcción de otros escenarios políticos, y el mayor peso movilizador y organizativo, corresponde a 48 Cantones y Alcaldía Indígena de Sololá, se alejan tentaciones o prácticas de hegemonizar u homogeneizar discursos. Es un principio en las comunidades mayas escuchar, dar y recibir consejos, aprender de todas y todos. Ninguna palabra es menor que otra, y ninguna palabra es más que la otra. Todas las voces aportan, especialmente las de aquellos sectores que, en el ámbito urbano, se han marginado o han sido marginados de las luchas sociales (por ejemplo, comerciantes).

Así, el ejercicio democrático comunitario de organización y administración de pueblos originarios (sin idealizar, camina entre tensiones como el machismo) es posibilidad de acción y organización, no solamente en esta coyuntura y en la urgencia de abandonar la espiral de la dictadura política y económica, sino en la acción colectiva en general y en la administración pública. Estamos conociendo formas diferentes de hacer las cosas (cosas, término académico utilizado en contextos de transición galopante para referir la acción la acción política colectiva y la gestión del Estado para el bien común).

El plantón permanente en las instalaciones centrales del Ministerio Público (inició el 2 de octubre y se mantiene en el momento de redactar estas letras, el primero de noviembre) es símbolo de este ejercicio del poder. Espacio de pluralidad y coralidad, convoca voces diversas, para las que se abren los micrófonos, se reservan toldos y bocinas, se amplían posibilidades de expresión (por veces apagada por la expresión de las vuvuzelas-trompetas). La paradoja es que son aquellas y aquellos a quienes se ha negado la ciudadanía (voz, expresión, idioma, indumentaria, formas propias de organización, el agua, el derecho de decisión en sus territorios y un larguísimo etcétera) las que motivan plazas donde toma la palabra quien quiera expresarse, incluso quienes, hasta hace unos pocos días o todavía ahora, desconocemos casi todo de las cosmovisiones indígenas y seguimos considerándolos desde visiones y prácticas racistas (incluido paternalismo) muy interiorizadas. Esta es una de las razones (probablemente no la más fuerte, pero sí importante) de la masiva adhesión ciudadana a las movilizaciones convocadas, y el respaldo-afecto al papel de Autoridades Indígenas.

Hacia dónde, cómo, con quiénes

El ejercicio de autoridad compartida, no obstante, enfrenta retos. Enumero los siguientes:

  1. Defender, ampliar y resignificar la democracia

Esta coyuntura compleja plantea para pueblos indígenas una doble hoja de ruta. En lo inmediato:

  • consolidar los resultados electorales,
  • detener la esclerotización del Estado en manos del sector ultraconservador que ahora lo gestiona,
  • comenzar a orientar el Estado hacia el desarrollo del bien común, al menos el común mínimo del Estado constitucional que propone Semilla, con acciones inmediatas en educación, salud, nutrición infantil, cultura y otras, que todavía no abordan desigualdades estructurales.

Pero la democracia electoral y la institucionalidad republicana no son el fin. Más allá de esta agenda, continuarán las luchas por la transformación de la institucionalidad dominante y el pacto elitario constitucional de 1985 (de visión centralista, uniformadora, racista-excluyente o paternalista de los pueblos indígenas), para avanzar hacia la democracia comunitaria, desde las diversidades y las formas propias de los pueblos.

      2.  Normalizar el poder político de los pueblos originarios y sectores populares.

La vertiginosa anormalidad de estos días puede convertirse en una nueva normalidad: un escenario en el que se naturaliza la presencia de pueblos indígenas en las dinámicas y decisiones políticas fundamentales, más allá de manifestaciones y demandas del momento, como sujetos decisores en todos los ámbitos, con referencia e influencia a nivel nacional, más allá de la capacidad reconocida de administrar la vida comunitaria.

  1. Consolidar las articulaciones sociales dialogantes y horizontales.

Posiblemente entramos en una fase de disputa continua, en el que todas las fuerzas -no solo las de los pueblos indígenas- serán necesarias. El  camino andado (articulaciones amplias y pacíficas de sectores sociales: pueblos, sectores urbanos, pobladores, mercados, comerciantes, transportistas dañados por la corrupción y el desastre de infraestructura y otros) no puede tener vuelta atrás (3).

El intercambio de ideas, voluntades y sentires, la posibilidad de aprendizaje, debe ir más allá de la espera para la defenestración (se alejó la posibilidad de renuncia) de la Fiscal General. Este intercambio puede ser especialmente fluido con visiones, como la del feminismo, que comparten propuestas integrales para el cuidado de la red de la vida.

  1. Continuar aprendiendo de propuestas de pueblos indígenas y formas de organización colectiva y comunitaria

Además de saludar la fortaleza y capacidad de conducción de los pueblos indígenas para abrir una ruta de salida de la crisis, es importante incorporar a nuestras prácticas (sectores urbanos, movimientos populares en general) los principios y valores que orientan la acción política y la vida cotidiana de los pueblos originarios. La escucha, el consenso, la colectividad y la comunidad como centro, la concepción de servicio…son aportes para para reconstruir una sociedad muy dañada por la imposición violenta, el individualismo y la ruptura de lazos comunitarios especialmente en centros urbanos, y como herramientas para transformar visiones, formas de organización y representación (liderazgos), una vez agotados o estancados los modos con los que, hasta ahora, intentamos cambiar la realidad.

El triunfo de la esperanza

Además de la dimensión de las movilizaciones (capacidad de paralizar el país en casi 200 puntos simultáneos, durante varios días) y más allá del balance demandas-logros, este contexto puede leerse en clave de esperanzas.

En 2023, las elites económicas y políticas continuaban vinculando su suerte a la indiferencia y la resignación de la población, y al proceso electoral como distractor y relegitimador.

La indignación se desbordó con gotas que rebalsaron el vaso (vasos comunicantes rebalsados en territorios y sectores múltiples y diversos) y comenzaron a abrirse ventanitas de esperanza, donde lo imposible no es todavía posible, ni se consuma el asalto al Palacio de Invierno de la dictadura bananera, ni combatientes victoriosos avanza derribando estatuas y símbolos del oprobio (incluida la bandera), pero crece la conciencia a partir de la información, se generalizan diálogos sociales sobre el nuevo país que queremos, se manifiesta el pluripaís que somos en toda su amplitud, se expresan todos los actores. En fin, se construyen posibilidades y condiciones para una vida digna y un futuro mejor.

Sin pensarlo demasiado, muchas y muchos nos colamos de cabeza por estas pequeñas ventanas, antes que pudieran cerrarlas. Aquí estamos, al parecer y más allá de logros o retrocesos coyunturales, por largo tiempo.

Un artículo de opinión de Andrés Cabanas, periodista y escritor. Publicado en la Revista 80 Entrepueblos.

  1. Una es nuestra palabra, una nuestra lucha, no hay división, somos una sola fuerza los cuatro pueblos de Iximulew.
  2. Consultas comunitarias, decenas de episodios de resistencias a las hidroeléctricas y empresas mineras, Marcha Indígena y Campesina, Marcha del Agua, Marcha de la Dignidad de los Pueblos, movimientos de tejedoras, por la recuperación de idiomas y cultura, y muchos más.
  3. La capacidad de articular a diferentes sectores sociales y organizaciones, tanto indígenas como mestizas, tanto urbanas como rurales, es insólita en la reciente historia de Guatemala. Los referentes más cercanos son posiblemente la Marcha de mineros de Ixtahuacán, las movilizaciones de campesinos de Quiché en la capital o la huelga de la Costa Sur de fines de los 70s e inicios de los 80s.